Artes de México

Alimento ancestral: la vida oculta del cacao

09/05/2021 - 12:01 am

El número 103 de la revista Artes de México se propone comenzar a traer a la luz la vida oculta del cacao. Mucho se puede decir sobre una semilla cuyo rol en la cosmovisión y la vida cotidiana de los pueblos originarios de las Américas se mantuvo oculta a plena vista por siglos. Y es que la fascinación por el chocolate se ha vuelto un fenómeno mundial.

Por Lisa Grabinsky

Ciudad de México, 9 de mayo (SinEmbargo).- Si las personas mexicanas fueron creadas a partir del maíz, ¿qué rol juega entonces el cacao? ¿Son acaso dos caras de una misma moneda? ¿El día (el maíz creciendo al sol en la milpa) y la noche (el cacao creciendo entre las sombras de la selva)? Ciertamente no podemos concebir al mundo de la alimentación sin el delicioso chocolate, producto nativo de las Américas y cuyo valor cultural no tiene precedentes. Por ello, el número 103 de la revista Artes de México se propone comenzar a traer a la luz la vida oculta del cacao, alimento del cual —hasta el siglo XX— extrañamente conocíamos poco sobre su relevancia en la conformación de las cosmovisiones y civilizaciones en las Américas. Esto último gracias a los trabajos de numerosos arqueólogos y antropólogos del Norte Global, como Michael D. y Sophie D. Coe.

A diferencia de otros números que abordan alimentos relevantes para la cultura y la dieta mexicana, que frecuentemente inician con textos más académicos, éste lo hace con el fragmento de un canto de Tlaltecatzin, para dar pie a un número muy especial y espiritualmente profundo. Dicho canto describe el aroma y la textura de la bebida de cacao, transportando al lector al corazón de las selvas del sur de México y de Centroamérica en donde monos araña nos guiarán en el camino para dispersar la semilla del cacao y con ello, la espiritualidad y los valores que la acompañan.

Chocolate, cultivo y cultura del México Antiguo. Foto: Artes de México

Pareciera increíble que exista tan poca evidencia y representaciones visuales sobre el valor del cacao en la vida espiritual, política y económica en Mesoamérica, fuera de su conocido uso como moneda descrito por Fray Toribio de Benavente. Sin embargo, los textos de Valentine Tibère, de J.M. Hoppan y de Philippe Nondedeo nos abren los ojos ante la presencia oculta de esta semilla en escritos mayas. Si bien el Popol Vuh ahonda explícitamente en la creación de los humanos a partir del maíz y en los dioses asociados a este cultivo, el cacao siempre estuvo presente también, aunque escondido.

La semilla de cacao como parte de la cosmovisión maya descrita en el Popol Vuh está representada en numerosos glifos en una diversidad de objetos a lo largo de los territorios que conformaron al Antiguo Imperio Maya. Sin embargo, Tibère, Hoppan y Nondedeo nos enseñan a leer este famoso texto entre líneas, pues no vamos a encontrar al cacao como tal: está disfrazado.

Chocolate, cultivo y cultura del México Antiguo. Foto: Artes de México

Una vez conscientes del papel oculto pero fundamental del cacao, sus derivados y sus aditamentos (por ejemplo, la jícara para beber chocolate), los textos recopilados a lo largo de este número de la revista Artes de México nos permiten comprender y reforzar el valor más allá de la economía de esta semilla ancestral. Por ejemplo, el mismo Nondedeo hace una exploración del rol del cacao en las relaciones sociales y de poder entre los antiguos mayas, como lo fue servir la bebida en grandes celebraciones y festines organizados por las élites y hacerlo en vasos conmemorativos que los comensales podían llevarse a casa como obsequio. El reutilizar dicho vaso para beber chocolate en la cotidianeidad supone una declaración de las poderosas amistades que el consumidor tiene.

Asimismo, Nikita Harwich y Nisao Ogata describen los usos del cacao y sus derivados más allá del Antiguo Imperio Maya. Harwich expone cómo los mexicas quedaron absolutamente fascinados con el cacao en cuanto entraron en contacto con ciudades mayas, tanto así, que las semillas se convirtieron en una valiosa moneda tributaria. Es ese valor económico el que motivó a los conquistadores españoles a explotar la producción de este fruto en —lo que hoy es— Chiapas y Veracruz, hasta expandirla en Venezuela y Ecuador. En un inicio, poco les interesaba consumir el chocolate, buscaban el dominio del poder en la Nueva España, ello conllevó al surgimiento de mercado negro, contrabando y actividad corsaria en pos de esta valiosísima semilla.

Chocolate, cultivo y cultura del México Antiguo. Foto: Artes de México

Ogata, por otro lado, nos da una probada de los orígenes, diversificación, domesticación y usos del cacao en América del Sur, pues no se trata de una planta nativa de Mesoamérica, sino muy probablemente de la Amazonía. A pesar de que sus usos mesoamericanos están mejor documentados, ello no quiere decir que no tuvo presencia en la vida y cosmovisión de los pueblos indígenas de América del Sur.

Mucho se puede decir sobre una semilla cuyo rol en la cosmovisión y la vida cotidiana de los pueblos originarios de las Américas se mantuvo oculta a plena vista por siglos. Y es que la fascinación por el chocolate se ha vuelto un fenómeno mundial y posee un valor económico, comercial, ritual, gastronómico, medicinal y medioambiental inconmensurable. El número 103 de la Revista Artes de México nos deja como cuando uno da un primer sorbo al chocolate: queriendo más.

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